Todo había de dar un giro radical y las raíces que ya se habían acrecentado, fueron cortadas y vueltas a sembrar, fue doloroso al principio, creo que lloré unas dos o tres veces, mordí las sabanas delirando unicornios, besos y cuerpos y busqué en todo hombre algún rasgo que pareciera suyo. Lo más mínimo, algún gesto, algún comentario, simplemente un ademán.. como debí imaginar la suerte no estaba de mi lado ni habría de estarlo en mucho tiempo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario