es como si inconscientemente lo hubiera puesto a prueba, y sí, pobre. fue algo así como un ''sufre, aver qué tanto aguantas...'' aunque aclaro que no fue nada deliberado, lo juro. quise tapar mis dolencias con las suyas, quise limpiar mi recorrido con las manchas de su humillación, supongo que al final no me queda más remedio que sentir un poco de piedad, tal vez hasta regalarle un beso, algo de consideración, es lo justo no? pero no puedo cambiar lo que soy, no soy mala, creo que él siempre fue demasiado bueno, demasiado blanco, muy transparente. por que en verdad los únicos recuerdos que tengo con él son flashes hacia una noche donde recuerdo más el olor a perdición que su rostro, y la historia vuelve a empezar cuando deliberadamente volteo hacia atrás y me dan ganas de recojerlo otra vez, para volverlo a tirar cada vez más fuerte, pero no soy yo, no es mi culpa, es su rol de lastimero, su estado de victima, me da ganas de vomitar..
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