el fin del mundo (el mío)

viendo películas catastróficas y rociandome con un poco de ciencia ficción ya me ha caído el veinte de la inminencia del fin, no necesariamente de la humanidad, si no de nosotros, cada uno como individuo con mente y conciencia y todas esas cositas locas y llegué a la egoísta conclusión de que no me interesa el fin de los chinos o de los japoneses junto con el fin de los rusos o estadounidenses, esperaría con más ancias (o tedio) el fin de mi mundo, de mis memorias y mis recuerditos y mis notitas pegadas en la pared o entregadas a segundas, terceras y hasta cuartas´personas y mis pensamientos que quién sabe si serán recordados, el fin de mis angeles y demonios internos, cuando finalmente deje de balbucear a altas horas de la noche y pensar en casualidades, banalidades, las vicisitudes de mi vida. no sé, no quiero dejar de existir.