Una hemorragia proveniente de mis fosas nasales. ¿Es esto una competencia? ¿O qué? ¿A qué estamos jugando? ¿Quién ama más rápido?
Viertes sobre mis corpúsculos una saliva bautismal, te recargas sobre mis pechos y mis pechos no hacen más que ser tuyos, tus aliados. Los consentidos. Y a la larga cuando nos volvemos a ver es fácil saber lo que piensas, pero es difícil saber lo que harás, por eso me marcho por donde vengo y trato de mantener mi distancia, por tu presencia ambivalente.
¿Qué más? Los demás no debieran ni acercárseme, deberían saber que jamás te dejaré de querer y el que quiera correr el riesgo, que así sea... aunque no creo que sea tan difícil lidiar con una ególatra que se ha enamorado de un sin fín de posibilidades encarnadas en un cuerpo y en un pelo formados por una naturaleza tan cruel y tan fina que no me atrevo a intervenir ni a indagar en su procedencia. Me pregunto cómo es que mantienes firme esa desición de no suplir tus juergas con nidos de amor, cómo es que formas entre mis vellos una red sublime de... ¿amor?
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